Cesitar nos pasó la semana pasada esta interesante historia real, en la que cuenta como llegó a meter un gol que mantuvo al Pedrezuela un año más en segunda división regional. Esperamos que os guste, se dividirá en cuatro entregas del martes al viernes.
COMO SE FUE FORJANDO UN GOL QUE VALIO UNA PERMANENCIA
Aquella temporada no habíamos logrado hacer los deberes, rondaba el mes de mayo el descenso parecía cada vez más evidente, éramos incapaces de sumar esos poco puntos salvadores, partido tras partido no lo lográbamos, caíamos en los mismos errores, las aguas calmadas se tornaban cuesta arriba y partidos aparentemente encauzados se nos escapaban en las segundas partes. Eran tiempos de clase y toque, en los que se ponían los cojones sobre la mesa, en los que los jugadores hablábamos de futbol en los autobuses y el entrenador en aquel momento Malis, desempeñaba sus funciones mas por diversión y por los buenos ratos que por disfrutar del futbol. Teníamos un vestuario unido, cada entrenamiento con aquel grupo, en el que disfrutábamos unos de otros, era ganar un año mas de vida, bebíamos futbol de los más jugones y reíamos con los veteranos que aún tienen cuerda para rato y no dejan de sorprender a los jóvenes de ahora con sus disparatadas historias.
En fin teníamos todo para triunfar y aún así ese mayo de 2001 los números no nos daban la razón, la desilusión era unánime, había partidos en los que se tenía que ir a buscar a casa a los jugadores por que los excesos de la noche anterior les impedían comenzar el día, la ilusión por el CDP estaba de capa caída, incluso en los jugadores. Hasta yo me había visto más de una vez en esa situación, liberado de los brazos de Morfeo por las incongruentes voces de mi primo o de mi madre, algún domingo que otro a las 9 o 10 de la mañana. Lo confieso.
Pero ese domingo no hizo falta, y es que esto que pasó no es una historia de táctica, de escuelas de fútbol, de benitos-floro o de eruditos estudiosos del arte balompédico.
Ese mismo sábado por la noche dos jóvenes en un bar entre copa y copa, podrían haber estado hablando de muchachas bonitas, de planes futuros o de anécdotas pasadas, pero de lo que estaban hablando era del partido contra el Torrejón, …de la decepción de acabar últimos, de pegar un último empujón, de malgastar otra mañana de domingo pero esta vez echarle pelotas, coraje, casta como se solia decir.
Mañana la segunda entrega, no os la perdáis.